LO CONOCIDO NUNCA ES TODO LO QUE SUCEDE, HAY MUCHO MÁS QUE PASA Y ES POSIBLE DESCUBRIRLOredactorjosé lópez


domingo, 19 de junio de 2011

El privilegio de ser vecinos



De tanto en tanto volvemos a las cosas que suelen parecernos pequeñas, por tan comunes. Entonces prestamos una mirada distinta a los antiguos ladrillos del barrio, descubrimos cosas que antes no percibíamos o que no recordábamos. Nos resistimos a las transformaciones abruptas, esas que cercenan imágenes queridas, aún cuando no se han constituido en un manotazo a la memoria.
Las palabras de Don Alberto Vernazza me llegan todavía, cuando decía que andar la calle y encontrarse con otros, es afirmar el sentido de la vida, igual que tener un sitio en la mesa de un bar con amigos.
Nadie quiere ser “apartado” en este juego y a veces, instintivamente tomamos pertenencia de lo que nos rodea. Olores, ruidos, el sonido de las personas, el color de sus miradas, la forma de caminar, los gestos y temas puntuales de sus conversaciones. Incorporamos riquezas o miserias, incluido lo que nos toca, porque consideramos natural que así sea. Sin acuerdos previos somos parte de una familia grande que va comprendiendo a través de una convivencia sin preámbulos.
“Le hiciste una nota a Nicolás” -me dijo “Porota” Paradiso en la pollería- recordándome a su nieto ajedrecista. La señora Morandi también hacía sus compras participando de la charla, que para mí era algo feliz y nuevo. Los chicos del negocio solo escuchaban y sonreían respetuosamente por desconocer de qué hablábamos.
Pensé, que remover el pasado que guardamos celosamente, es imposible, porque constantemente recibimos testimonio de un espacio de tiempo que sigue siendo muy real. Afuera la llovizna era persistente y el asfalto mojado me retrotrajo a las calles de tierra, a sus cunetas llevándose presurosa nuestra niñez, el agua marrón y los barcos de corcho partido al medio, mástil de escarbadientes y frágil velamen de papel de diario.
La vereda angosta de mi casa vieja fue borrada, ni siquiera sus paredes están allí. La verdulería de Doña Rosa ya no abre, tampoco el taller de Francezón adonde iba por la plancha de mamá. En el bar de “Pilli” hoy venden clavos, pinturas, herramientas, infinidad de artículos, como en la peluquería de Rolando comercian hilos y en la de Dallembach fabrican hielo. En la boutique de Martha funciona un quiosco, Don Ruggiero colgó sus tijeras, se ha jubilado y disfruta su descanso. “Goyo” atiende la farmacia de su padre José, y Doña Barrera se demora eternamente rumbo a su casa.
Falta, desde hace tantos años, el cantero de la Avenida que no le interesa a nadie, y ayer vi basura pegada al monumento de Iriondo. Alguien dijo una vez, que volverían a plantar el monolito al obrero curtidor en el extremo opuesto. Qué lástima, este olvido suma décadas y para muchos, suponía un justo homenaje a los primeros barraqueros que ya no están.
“Carílo” saluda desde su casa, frente a la de Teo Erni, que está sentado junto a la puerta con su perro. “Cachi” y María Stella vuelan por ahí. Sin forzar la imaginación, creo ver también a Doña Tschopp conversando con sus hijos “Pelado” y Nilo. Ellos con ropa blanca de panadero y bicicleta negra con canasto, ella de clásico delantal y rodete en el cabello. Belkis , hija de Quito Carrel, Chacho Zanotti, cuñado de Mario con sus paseos internos. Me detengo con Tomassino Pontarelli cerca del Deportivo Bochas. Viene de su caminata habitual, lo distraigo y abordamos temas que repetimos en cada encuentro. Del otro lado, Manolo Riva barre las porfiadas hojas amarillas, lo saludo por tercera vez en el día, él me responde, nunca deja de hacerlo. Todos pasamos al lado de alguien y en el saludo dejamos entrever un mensaje que dice: “hola hermano, este soy yo, ¿podemos ser amigos?”.
Pobres quienes desprecian estas señales, simples escrituras en el alma, fidelidad compartida que nos reconoce en nuestra sensibilidad humana.

por José López

1 comentario:

  1. ¡cómo me emociona leer tus líneas y recordar a todos los que nombrás!!! gracias por traerlos a la memoria... también cuando recorro las calles de NUESTRO QUERIDO BARRIO NORTE, a cada paso recuerdo a nuestros buenos vecinos...

    ResponderEliminar

Quizá también te interese

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...